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¡Feliz Solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia, Protectora de la República Dominicana



La presencia del culto a la Virgen de Altagracia en la República Dominicana. Sencillamente, sería insólito encontrar una iglesia a lo largo y ancho del territorio nacional que no ostente su imagen.


Además, casi no existe una parroquia que no tenga una capilla que se llama "Nuestra Señora de Altagracia"; casi no existe un pueblo que no tenga una calle que se llama "Altagracia"; y casi no existe una familia que no tenga al menos un testimonio de la intercesión de Nuestra Señora de Altagracia.


El Cuadro


El cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia fue pintado probablemente en Sevilla en los primeros quince años del siglo XVI (es decir entre 1500 y 1515), y es posiblemente de la escuela de Alejo Fernández.


Ha tenido cinco restauraciones de importancia, la última en 1978.


Es un lienzo español tipo "Belén", con influencia flamenca, típico de los siglos XV y XVI, con un elemento distinto y único: el rayo de luz.


La "Maternidad Divina"


Es una expresión plástica, del dogma de la "Maternidad Divina". María es la Madre de Dios. De allí el título de "Altagracia", porque la gracia más alta jamás otorgada a un ser humano es la de ser la Madre de Dios.


A la vez es una explicación del dogma de la "Virginidad Perpetua". María es virgen antes, durante y después de dar a luz a Jesús. Un autor del siglo Vl explica: "Como un rayo de luz traspasa un cristal sin dañarlo de manera alguna, igual un rayo de luz más blanco que la nieve traspasa la Virgen para dar a luz a Jesús, Dios en medio de nosotros".


Así que, el cuadro nos hace testigos oculares del momento del nacimiento. Lo que parece un delantal es el "rayo de luz más blanco que la nieve". El Mesías traspasa, sin dañar de manera alguna a la Altagracia quien, recogida y arrodillada, está contemplando tiernamente al Hijo de Dios.


Con un gesto de la cabeza nos invita a arrodillarnos también en frente del pesebre, y juntos adorar al niño Jesús.


La adoración nos lleva a la contemplación, y la contemplación al deseo de estar presentes en la cueva, inmóviles como la Madre, velando al niño, amando al amor y estando en la presencia de Dios.


Es un ícono


El cuadro es también un ícono. No hay un elemento, un color ni una relación que no tenga su significado. Efectivamente hay 62 distintos símbolos en el cuadro. Se puede meditar sobre los siguientes:


La Estrella de Belén (es la Navidad) tiene ocho puntas (símbolo del cielo) con dos rayos extendiéndose hacia el pesebre: Dios Padre está bendiciendo a su Hijo.


Por encima de la Virgen hay doce estrellas (son las tribus de Israel y, a la vez, los apóstoles de Jesús). María es el puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.


Alrededor de María hay un resplandor (cf. Apocalipsis 12, 1). Ella lleva una corona por ser la Reina del Cielo, y un velo sobre la cabeza porque está casada. Está vestida de rojo, porque es un ser humano, y cubierta de blanco por ser sin pecado concebida. Lleva un manto azul celestial salpicado con estrellas porque "el poder del Altísimo vendrá sobre ti".


San José está vestido al revés. Tiene el azul de su santidad escondido bajo un manto rojo por ser de este mundo, y lleva una vela para dar luz a su esposa, y a las necesidades materiales de las cuales es patrono.


El niño Jesús está durmiendo (y está muerto) pero despertará (y resucitará), sobre un pesebre que es, a la vez, un altar (y su sepulcro).


Atrás hay una columna, señal de que estamos en un templo. La cueva es un templo porque allí habita Dios mismo: el niño Jesús.


Las hendiduras en el techo, arriba a la izquierda, nos dicen que el mundo está decayendo, pero Jesús ha venido para restaurarlo.


La Historia Oral


Hay una leyenda que tiene su origen -casi seguro- en hechos verídicos, de un hacendado de Higüey con dos hijas. A la vuelta de un viaje a Santo Domingo, pasando la noche en una posada, compartió su desilusión porque, aunque había encontrado las cintas y botones que le había pedido la hija mayor, no hallaba ni una estampita de la "Altagracia" que su hija menor quería tanto. Con eso, apareció un anciano con un lienzo de la Virgen: "¡Es eso lo que está buscando!" Luego el anciano desapareció.


El hacendado llevó el cuadro a su casa, y lo colgó en la sala principal. Al día siguiente el lienzo no aparecía. Se lo encontró de nuevo en la copa de un naranjo. En los próximos días se repitió la desaparición una y otra vez.


El "Antiguo Santuario" está construido donde se ubicó el naranjo.


La Historia Escrito


A la vez, hay un historiador, Gerónimo Alcocer, quien escribió (en 1650) que los hermanos Alfonso y Antonio Trejo - hidalgos de Plasencia, España - trajeron el cuadro. Los investigadores pueden demostrar que los hermanos vivieron en Higüey, desde 1508. Hay siete u ocho documentos que lo confirman, pero en España no hay ni la más mínima pista de su existencia: es un misterio.


El Misterio


Al fin y al cabo, después de seguir cada pista hasta un "callejón sin salida", hay que decir que casi todo lo que se refiere al cuadro de la Altagracia es un misterio.


¿Quién lo pintó? ¿Cómo llegó a Higüey? ¿Por qué Dios quiso que estuviera en Higüey? ¿Por qué es milagroso? Sólo Dios sabe.


A nosotros nos queda arrodillarnos humildemente y adorar a nuestro Señor y Salvador, junto con Nuestra Señora de la Altagracia, Protectora de los dominicanos.


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